La danza africana, proviene de las danzas indígenas practicadas por los pueblos de los países del continente africano, dentro de un determinado contexto social o religioso para el entretenimiento o como forma de arte coreografiado. La danza afro se extendió a América con la llegada de los esclavos, quienes continuaron con sus bailes tradicionales y mantuvieron su identidad cultural a pesar de las influencias de otros pueblos inmigrantes en el continente.
Con la fusión de tendencias y elementos coreográficos actuales, se crea la danza afro contemporánea que combina los movimientos tradicionales de las danzas africanas con nuevas formas de expresión. Se caracteriza por un trabajo corporal fuerte y profundo en el que la soltura, la disociación, la coordinación, el contacto con la tierra y el ritmo son los elementos fundamentales.